Si tenemos un jacuzzi, ya sea de interior o exterior, debemos tener en consideración la temperatura del agua, ya que esta es muy importante. ¿Por qué? Por muchas razones que pasamos a enumerarte a continuación.
Lo mejor de un SPA es que se puede aprovechar durante todo el año, incluso en invierno, ya que el agua está caliente y es perfecta para que el cuerpo se relaje. ¿Pero cuán caliente debe estar?
Lo ideal es que supere los 33 grados y que no esté por encima de los 37. Es importante que te introduzcas lentamente para que el cuerpo se vaya acostumbrando a esta temperatura. El objetivo del agua a una temperatura ideal es el de relajar músculos y eliminar el estrés de la vida diaria, algo que no conseguiremos si está demasiado fría o demasiado caliente.
Esta temperatura, entre 34 y 37º es la perfecta incluso para mujeres embarazadas. Por ello, es importante que no nos pasemos ni nos quedemos cortos. Por tanto, la temperatura que elegimos en el jacuzzi, sin importar si este es de interior o exterior es crucial para conseguir el relax que buscamos y disfrutar de todos los beneficios que este elemento de la relajación nos aporta. ¡Vamos a recordarlos!
Beneficios de un jacuzzi SPA
Ya te los hemos mencionado muchas veces, pero como en esta ocasión hemos hablado de que el agua es un punto esencial que tener en cuenta para disfrutar de ellos, nunca está de más un recordatorio. Estos son los beneficios más destacados cuando disfrutamos de una sesión de SPA:

- Reduce la presión arterial, o lo que más comúnmente conocemos como ‘la tensión’. Si bien es cierto que, dependiendo de nuestra genética y otros factores, tendremos unos niveles de presión arterial, esta también aumenta o disminuye con los nervios, el estrés o el relax. Es por ello que, relajarse en un jacuzzi puede ayudar a reducir el nivel de esta.
- Controla el azúcar en sangre. Se cree que un baño de agua caliente reduce en al menos un 10 % los picos de azúcar que producimos de manera natural después de comer. Así que, ya sabes, olvida la siesta ¡y ve al jacuzzi!
- Reduce el dolor. Especialmente en huesos y músculos ya que estos últimos se relajan y se reduce la tensión. También se mejoran las articulaciones.
- Fuera estrés y ansiedad. El estrés y la ansiedad son provocados, en muchas ocasiones, por el estilo de vida ajetreado que llevamos. Estos no producen jaquecas y migrañas que pueden eliminarse gracias a los baños relajantes en el SPA.
- Quema calorías. Aunque no te muevas mientras te das un baño de agua caliente en el jacuzzi, puedes quemar calorías, pues el cuerpo suda y los músculos trabajan de manera pasiva. Si lo combinas con dieta y ejercicio, bajarás de peso.
¿Aún no tienes un jacuzzi en casa? Habla con nosotros y te haremos un presupuesto personalizado para que puedas disfrutar de esta maravilla de la relajación en tu propio hogar siempre que quieras.